Desde hace un tiempo, se ha alertado sobre el uso por parte de empresas de la privacidad de los datos.
Aunque nos hemos acostumbrado a que al registrarnos en algún sitio para recibir información o servicios resulta en la inevitable recepción de decenas de mails no solicitados, es obvio que nuestros datos estás siendo comerciado por esas empresas, transformándonos en comodities, moneda de cambio comercial.
La costumbre no hace a lo legal, en realidad, si se toman el trabajo de leer las condiciones de los sitios, la mayoría implica privacidad de datos, cosa que ninguno cumple y la razón es que en Internet cualquiera puede asegurad cualquier cosa que no hay modo de comprobar.
El derecho a la privacidad es tan evanescente que las empresas van tomando terreno, sin que nadie advierta que cometen infidencias.
Hace poco se interpuso una causa a Google, por patrullar las ciudades sacando fotos y usándolas en su sistema de mapas.
Lo mismo pasó, también con Google, cuando empezó a ofrecer contenidos de libros protegidos por copywrite, y así.
El caso es que la gente está comenzando a despertar y a darse cuenta que la invasión es peligrosa, actualmente cualquiera tiene nuestros datos y no dejan de aparecer consecuencias de ellos, estafas, robos, y su origen es claro: el descontrol en la red desemboca en cualquier acción, y es empeorada por el uso de nuestros datos de empresas inescrupulosas para las cuales somos un valor de cambio.
Se detecta a la principal empresa, culpable de ese tipo de acciones, por ser pionera en el rubro y la que más gana con nosotros a Google, es por ello que hay una fuerte campaña para detener las actividades de esa empresa.
Ha aparecido en internet un video que ya se está volviendo tan famoso como el propio Google, sobre todo porque no se transmite solamente en Internet, sino que se emite en pantalla gigante nada menos que en Times Square de Nueva York, esquina emblemática si las hay.
En el video se ha caricaturizado a Eric Schmidth, CEO de google y a google mismo, advirtiendo a la sociedad sobre el accionar de esa empresa.
En el video, Schmith ofrece helados grais a unos niños a cambio de información e incluso los asusta con comentarios desagradables sobre lo que les puede pasar si no permiten que Google obtenga esa información.
El video sirve para la campaña, iniciada hace tiempo ya en el Congreso de los Estados Unidos, para la creación de un organismo encargado de generar un procedimiento, que por ahora se le llama “lista”, más exactamente “Do Not Track Me List”, con la consigna de que se pueden anotar aquellas empresas o particulares que no quieren que Google maneje sus datos o registre sus actividades en Internet.
Más allá de mis diferencias con las actividades coercitivas de Google, que siempre he denunciado, en el fondo pienso que el problema es la ausencia de regulación, en todos los países, con un criterio común que no permita que se use información de los usuarios.
Soy consciente que si hay un Organismo dedicado que eso no ocurra, se estará trasladando el poder de decisión sobre esos datos a otro lugar, lo que antes google tenía potestad, ahora pasa a uso y (y por lo tanto abuso) de otro organismo.
Personalmente creo que la creación de ese otro organismo no es más que un subterfugio para tomar el pedazo de la torta que Google tiene y no convida.
Lo que creo es que sin más hay que penalizar a las empresas que nos envían mails que no solicitamos, entonces hay que crear un organismo que reciba y dé curso inmediato a ese tipo de quejas, que los que usan servicios de envío y nos hacen llegar sus “ofertas”, sean los que tengan que pagar esa invasión.
Si se acaban los clientes de envíos de mails, la actividad se acaba.